"Por una Navidad sin presos políticos" fue la frase a modo de slogan con la que desde la cárcel, los presos K, comenzaron a hacerse escuchar y de algún modo meter presión al nuevo gobierno para que atienda sus casos. Y hubo una marcha de la militancia el jueves a los tribunales de Comodoro Py. Esto, apoyado en las reformas que le pusieron límites a la prisión preventiva puso en marcha el sueño de libertad de los exfuncionarios K hoy tras las rejas. Y así también lo comenzó a palpitar el presidente electo, Alberto Fernández, que ayer se sumó a las múltiples voces K y pidió la liberación de los funcionarios o dirigentes vinculados a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner que continúan detenidos porque "están mal detenidos en la mayoría de los casos". La novedad fue un ligero cambio en el enfoque: esta vez Alberto definió a Amado Boudou, Milagro Sala, Luis D" Elía, entre otros, como "presos arbitrarios", y no como presos políticos como sostuvo durante la campaña.

"Un preso político es una persona que fue detenida sin un proceso; en la Argentina lo que hay son detenidos arbitrarios, que es otra cosa, es gente que podría soportar sus procesos en libertad, pero los detienen porque son opositores", dijo Fernández en diálogo con radio Colonia.

En otro tramo de la charla, Fernandez se definió además como "un reformista, es decir, una persona que utiliza las leyes para, en función de ellas, modificar la realidad", y sostuvo que el "Poder Judicial es muy importante así como el correcto funcionamiento de sus instituciones", las cuales "podemos ir mejorando". Pero evitó pronunciarse respecto del término de una democratización del Poder Judicial, ya que recordó que "resultó muy confuso y generó mucho lío en el pasado", en alusión al proceso que impulsó Cristina Kirchner en 2013, que quedó impugnado por la Corte Suprema.

En otro orden, afirmó que en su gobierno "los privilegiados serán los que están mal, por eso tendrán la primera atención", al tiempo que remarcó que las decisiones que tomará estarán consensuadas en el marco de un "Consejo económico y social".

Asimismo, volvió a desmentir que Cristina Kirchner, tenga injerencia directa en la conformación del próximo gabinete, así como que Sergio Massa haya perdido espacio en la conformación.

Fernández adelantó que "los que tendrán prioridad serán los que la están pasando mal por eso merecen la primera atención, porque son los que peor están", explicó. Así se refirió Fernandez a las "10 millones de personas que hoy están al margen" por la situación de pobreza en la que viven y aseguró que "tenemos los recursos para resolverle su situación".

Por otra parte, insistió en que los decretos firmados durante estos últimos días por el presidente Mauricio Macri serán revisados, en particular, las "picardías" referidas a las designaciones de último momento. "Las picardías son sólo eso, picardías, y es de tonto pensar que pueden durar demasiado. Todo eso va a ser revisado", advirtió sin mencionar que la misma situación heredó Macri de Cristina que al filo de irse de la Casa Rosada en 2015 efectivizó más de 1.000 empleos en el Estado.

Consultado sobre su relación con el papa Francisco, en virtud de su idea de impulsar la despenalización del aborto, Fernández respondió: "Hay problemas que resolver que nos complican la vida, cosas mundanas que yo tengo el deber de resolver pese a que choque con principios o creencias respetables de la Iglesia. No hago nada en contra de otros, después aparecen los que son mas papistas que el papa, y empiezan a hablar", finalizó.

 

  • Mano a mano con Ricardo Alfonsín

El presidente electo Alberto Fernández recibió ayer en su domicilio particular al dirigente radical Ricardo Alfonsín (foto), con quien coincidió en la "necesidad de hacer un esfuerzo conjunto para salir de la crisis" y de "respetarnos en democracia" entre el oficialismo y los sectores de la oposición.

Tras la reunión en Puerto Madero, Alfonsín negó que Fernández le haya ofrecido algún cargo, en alusión a las versiones sobre un posible nombramiento como titular de la Oficina Anticorrupción.

 

 

  • Hebe pidió "apoderarse" de los medios

 

La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, le recomendó al gobierno que asumirá el próximo 10 de diciembre que "se apodere de los medios" y cruzó al presidente electo Alberto Fernández ante la posible designación de un asesor de Sergio Massa como titular del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).

"Están pasando muchas cosas. Nombramientos de funcionarios. Que viene éste, que se va el otro. Que los ponen, que los sacan… A las Madres nos tiene muy preocupada el tema de los medios. Fernández está nombrando a una persona que se llama Claudio Ambrosini, que no es del agrado de miles y miles de personas que nos llaman desesperadas", dijo en una nueva ronda de los jueves.

Y añadió: "Yo no ando golpeándole la puerta a Fernández, pero ojalá que escuche esto que estamos diciendo hoy: los medios tienen que estar en manos del Gobierno, no de Massa que no es gobierno, es un poquitito gobierno porque se agarró como un gatito para no caerse del alambrado".

"En la Justicia ya hay movimientos, pero con los medios es muy delicado porque es la mano derecha de la derecha más rancia y más jodida. Tenemos que poner gente nuestra", dijo.