El presidente Alberto Fernández confirmó que María Fernanda Silva, una diplomática de carrera, será la embajadora ante la Santa Sede. Se convertirá así en la primera mujer en ocupar ese cargo.
“Ya envié el pliego”, dijo el primer mandatario poco después de llegar a Roma. Mañana tendrá una audiencia con el papa Francisco y ambos hablarán sobre la designación de Silva.
Católica y la primera mujer afrodescendiente del servicio exterior argentino, Silva ya conoce las tareas de la Embajada en el Vaticano: acompañó a Eduardo Valdés hasta 2015, cuando el actual diputado nacional fue relevado del cargo por Mauricio Macri. Además, acompañó a Alicia Castro cuando estuvo al frente de la embajada argentina en Venezuela, fue ministra de la embajada en Ecuador, donde también se desempeñó ante la secretaría de UNASUR.
Hija de padre argentino y madre nacida en Cabo Verde, María Fernanda Silva tiene una historia particular que involucró al propio Francisco. Se casó y tuvo una hija. Sin embargo, su matrimonio obtuvo una nulidad canónica por parte de la Iglesia debido a que su esposo se dedicó al sacerdocio, proceso del que participó Jorge Bergoglio cuando era obispo de Buenos Aires. Es decir, según el derecho canónico, Silva es soltera.
Uno de los argumentos del Gobierno para impulsar la candidatura de Silva es su defensa de las minorías y refugiados, temas que Francisco suele abordar en sus homilías. Entrevistada por el propio Valdés en 2012 en su programa “Café Las Palabras”, habló sobre los derechos de los afrodescendientes.
“Los africanos y afrodescendientes ya estamos aquí antes de que la Argentina se llame así. Hay que recordar la esclavización, la trata trasatlántica de personas en condición de esclavizados, y que muchos de nuestros ancestros llegaron al puerto de Buenos Aires en esa condición, en barcos que hacían la trata trasatlántica de modo legal y también de modo de contrabando. Es decir, después de nuestros hermanos indígenas y pueblos originarios, la colonización y la conquista ya es esclavista y ya trae a personas bajo la condición de esclavización desde el primer momento”, indicó en aquella ocasión.
Hay que recordar que la Casa Rosada tuvo un paso en falso cuando impulsó como embajador a Luis Bellando, pliego que debió retirar por resistencias que surgieron desde la Santa Sede. No es el primer veto. En su momento, Cristina Kirchner propuso a Alberto Iribarne y Mauricio Macri a Tomás Ferrari. Ambos estaban divorciados, con lo cual tuvieron que resignar esa postulación.
Ante esta situación, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, sostuvo en una conferencia de prensa que se revería el nombre de Bellando y que se analizaría “si hace falta otro candidato o candidata”. Finalmente, será una mujer.