Los 8 millones de fumadores argentinos ya lo vienen padeciendo. El desabastecimiento de cigarrillos a 30 días del inicio de la cuarentena por la pandemia de coronavirus, es cada vez más notorio y para el fin de semana podría agotarse el stock, según advierten tabacaleras y comercios. Ya hace un mes, los dos principales fabricantes de cigarrillos (British American Tobacco y Massalin Particulares) reclamaron al Gobierno exceptuar la actividad, en una carta donde ya alertaban sobre "faltantes de productos en distintos puntos de la cadena comercial". La situación para los kiosquitos es más dramática ya que "el cigarrillo representa en promedio el 35% de la facturación", dijo a Clarín Adrián Palacios, titular de la UKRA, la principal cámara sectorial.
Fuentes de la industria coinciden en que ya casi no quedan las marcas más vendidas: Marlboro, Philip Morris, Chesterfield, Rothmans, Camel y Lucky Strike concentran alrededor del 70% del mercado. Las tabacaleras coinciden en que casi no tienen productos y que lo poco que hay se distribuye en cuentagotas entre los distribuidores y mayoristas. "La parte productiva está parada desde el 20 de marzo. La escasa mercadería que tenemos se está racionando por combos de marcas, porque también tenemos problemas logísticos para distribuir por la menor cantidad de empleados", señalaron desde British American Tobacco. La empresa tiene paralizada su planta de Pilar (con sus 300 trabajadores en cuarentena) y vienen reclamando por su reapertura a todas las instancias de gobierno: intendencia, gobernación y Nación. Por ahora, sin respuesta.
Palacios, de la UKRA, estimó que sin cigarrillos, en el corto plazo podrían quebrar alrededor de 10.000 quioscos, lo que representa el 10% del total del país. "Es el producto de mayor rentabilidad y además, impulsa las ventas de otros artículos", se lamentó el directivo. Según el Ministerio de Agroindustria, en 2019 se despacharon 1.658 millones de atados de 20 unidades, por un valor de $135.101 millones.
Las protestas de los fumadores viene en aumento, principalmente por las redes sociales. Primero fueron las quejas por la falta de las marcas en sus formatos con mayor demanda, pero el malhumor se extiende porque se van terminando también las versiones alternativas. La Cámara del Tabaco, por carta, le planteó al Gobierno las dificultades de la parálisis de la actividad. "Nuestro sector provee empleo a más de 200.000 personas de manera directa, y son más de 1.000.000 personas las que dependen, directa e indirectamente, de la producción tabacalera", señalaron en un escrito que aterrizó en el Ministerio de Desarrollo Productivo, que conduce Matías Kulfas.
Para graficar el problema, las dos principales fabricantes de cigarrillos del país, subrayaron que "el desabastecimiento de cigarrillos en los negocios de cercanía atenta contra del objetivo deseado de aislamiento social, ya que fomenta la circulación de los fumadores por distintos kioscos en busca de cigarrillos".
Desde Massalin Particulares aseguran que se intensifican las gestiones para reabrir las plantas en todos los niveles con el apoyo de las tres provincias tabacaleras: Salta, Jujuy y Misiones. En la industria señalan que ya casi no queda stock. Y calculan que si retoman la producción, "en 48 horas podríamos tener producto" y "en una semana se normalizaría la situación". Esto es, responder a los pedidos de mayoristas, distribuidores, cadenas de estaciones de servicios y kioscos, con todas las marcas y tamaños de paquetes.