El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Chubut abrió un sumario por "conductas inadecuadas" a una jueza de Comodoro Rivadavia que fue captada por una cámara de seguridad del Servicio Penitenciario provincial cuando aparentemente se besaba con un preso al que recientemente había condenado por el crimen de su hijo de 9 meses y de un policía.
En medio de un escándalo que saltó a todos los portales de noticias nacionales, la magistrada negó tener una relación sentimental con el condenado y enmarcó el encuentro en una cuestión "laboral".
"No tengo una relación sentimental con esta persona. Es del tipo laboral, posterior a la entrega de mi sentencia", dijo en la tarde de ayer a la prensa la magistrada Mariel Suárez respecto de su vínculo con el recluso Cristian "Mai" Bustos.
En diálogo con el canal Todo Noticias, la jueza explicó: "También escribo en medios periodísticos y a nivel internacional (…) a partir del contacto que tuve con la causa, le propuse hacer un libro.
"En ningún momento lo besé. No tenemos una relación sentimental. Es la segunda vez que lo veía", insistió la magistrada, quien dijo que las aproximaciones entre ambos que se ven en el video son porque era necesario "mantener mucha privacidad" para hablar a sabiendas de que había otras personas que podían escuchar.
"Estábamos tomando mate. Le llevé comida", contó la jueza, que relató que le propuso al preso contar en el libro "su historia, su versión de los hechos", la que ella entendió era "creíble", razón por la cual votó por una "pena menor".
Suárez, jueza de la Circunscripción de Comodoro Rivadavia, fue una de las tres magistradas que el 22 de diciembre pasado condenó en Esquel a Bustos a prisión perpetua por matar en 2009 a un policía en un tiroteo y herir de gravedad a otro .A diferencia de las otras dos juezas, Suárez votó en disidencia en cuanto a la pena a imponerle al condenado y pidió una más baja. Además de ese crimen, Bustos fue condenado por el homicidio de su bebé de nueve meses a 20 años de prisión en otro juicio.
El encuentro entre la jueza y el recluso ocurrió la tarde el miércoles 29 de diciembre último, a una semana del veredicto, dentro del Instituto Penitenciario Provincial (IPP) ubicado entre Trelew y Puerto Madryn.
El penitenciario que hace la denuncia reportó la jueza y el recluso "comienzan a tener contacto físico, como abrazos, besos (en la boca)".