Un amigo de Fernando André Sabag Montiel, detenido por intentar asesinar a Cristina, aseguró ayer que el hombre ‘era un marginal que no tenía nada que perder’. Y afirmó que a su criterio ‘la intención original era matarla’.
Se trata de Mario, quien dijo ser amigo de la adolescencia del detenido pero que hacía ‘unos diez meses’ que no lo veía, y dio su testimonio en un programa televisivo donde dijo que ‘Tedi’, tal como lo llamaban desde entonces, era ‘un mitómano’ y que ‘siempre decía que tenía armas’.
‘Era un marginal y no tenía nada que perder, especialmente después de la muerte de su madre. Se podía esperar cualquier cosa de él. Sabiendo que era Tedi, no me extrañó que llevara el arma’, explicó el hombre, quien agregó que el ciudadano brasileño de 35 años detenido ‘es alguien que no tenía nada que perder’.
‘Yo creo que su intención original era matarla, pero lamentablemente no ensayó antes’, dijo Mario, lo que generó críticas por parte de los periodistas que lo entrevistaban. Luego, el entrevistado pidió perdón por su comentario, y agregó respecto a Sabag Montiel que ‘siempre decía que tenía armas, que se iba a disparar al campo, pero lo teníamos como un mitómano’.
El hombre recordó que después de la adolescencia el detenido ‘se aferró mucho al evangelismo, y buscó otros grupos de pertenencia’. ‘Yo fui amigo de la adolescencia, la última vez que lo vi fue hace aproximadamente diez meses, pero me lo cruzaba de hola y chau, porque de casualidad resultó ser un vecino cuando me mudé acá. La última vez yo estaba en una parada de colectivos yendo a ver a mi madre y me lo crucé, me dijo que le faltaba cierta cantidad de dinero para ir a la villa a comprar un arma, de hecho me mostró los billetes y todo’, contó.
Mario recordó que Sabag Montiel ‘quería ir a reclamar un dinero que le debía cierta gente de nacionalidad peruana. Decía que le debían cien mil pesos. Pero siempre fue de hacer relatos, cuentos. De hecho, en la adolescencia contaba que disparaba armas, pero nunca le creímos’. ‘Él se apoyó toda su vida sobre su madre, entonces era lógico que haya un antes y un después del fallecimiento de su madre. Su conducta siempre se vio influenciada por el alcohol’, agregó Mario, quien dijo que su amigo sufrió bullying de adolescente.
‘Cuando uno es adolescente, uno es cruel, sufrió el bullying clásico de principio de los 2000. Él siempre quiso pertenecer al grupo, más allá de que ya pertenecía. Quería tener otro tipo de rol, por eso siempre invitaba las bebidas, le compraba cosas a la gente, o sea, con tal de pertenecer, uno a veces hace cosas, de las que después se arrepiente’, dijo.
Sabag Montiel estaba en Argentina desde 1993. Vivía en una habitación alquilada de 15 metros cuadrados en el barrio bonaerense de Villa Zagala, San Martín.
Cuando oficiales de la Policía Federal ingresaron a allanar el lugar encontraron una postal atípica para el común de los humanos. Al hedor del inodoro, que parecía tapado desde hace varios días, se sumaba la pileta rota, las ollas sucias y, en el suelo, una pila de mantas, prendas y alimentos, entre los que se destacan numerosas bolsas de papas, lencería femenina, varios consoladores y un látigo de cuerina negro.
El agresor contaba que trabajaba como chofer. Tenía tres autos: dos los alquilaba y uno lo utilizaba él mismo para hacer viajes. Según medios locales, el agresor integraba grupos de internet que comparten contenido neonazi.
> De Zulma Lobato a planes sociales
‘Video con Taylor Hawkins (baterista) de Foo Fighters una semana antes de morir. Me siento la parca’, decía en Instagram el agresor. También, en sus 70 publicaciones figuraban fotos suyas junto a distintos personajes, como la mediática Zulma Lobato. En varias de las fotografías de redes sociales, Sabag Montiel exhibió sus tatuajes: uno con simbología ligada a la filosofía ocultista del nazismo. Además de numerosas imágenes suyas con distintos cortes de pelo, con o sin barba, Sabag Montiel subió a la red capturas de pantalla de dos notas que le hicieron en el canal Crónica TV. Una en la que está junto a su pareja (que vendía algodón de azúcar en la avenida Corrientes) y critica a quienes cobran planes sociales y, otra, en la que habla de distintos políticos y funcionarios nacionales. La cuenta de Instagram del brasileño fue cerrada durante la madrugada, horas después de que fuera detenido. Al agresor le dicen Tedi el cristiano, porque estaba en una iglesia evangelista.