Primera. Es la primera vez que el pontífice acude al centro de peregrinación de referencia de Portugal, en la pequeña localidad de Fátima, a poco más de 100 kilómetros al norte de Lisboa.

El papa Francisco, tras llegar ayer a Portugal, se presentó como ‘un obispo vestido de blanco‘, las palabras que usó la Virgen de Fátima en el tercer secreto revelado a los tres niños pastores, en la oración que pronunció en la capilla de las Apariciones del santuario mariano, en cuya explanada fue aclamado por cientos de miles de personas.

Además, Francisco describió ayer a la Virgen como una ‘maestra de la vida espiritual‘ que no puede ser ‘una ’santita’ a la que se acude para conseguir gracias baratas‘, en el mensaje que pronunció desde el santuario de Fátima durante la bendición de las velas.

Rosario

El papa Francisco asistió, sentado ante la imagen de la Virgen de Fátima en la capilla de las apariciones, al rezo del Rosario que se celebró ante más de 300.000 fieles con sus velas encendidas en la explanada del santuario mariano. Tras el rezo del Rosario, Francisco se retiró a la residencia de Nuestra Senhora del Carmo, para pasar la noche.

Los fieles permanecieron en silencio durante cerca de cinco minutos mientras el Pontífice hizo lo mismo como señal de recogimiento ante la Virgen de Fátima. Luego, el Papa comenzó la oración que escribió para la Virgen y en la que se presentó ‘como obispo vestido de blanco‘, según relató la Virgen, al referirse al ‘que caía muerto‘, en los secretos revelados a los tres pastorcillos y que se interpretó como el atentado a Juan Pablo II en 1981. Francisco también se definió ante la Virgen como ‘un peregrino de la paz‘ que ‘actúa en la historia humana‘, en una referencia a las profecías sobre el futuro del mundo reveladas a los tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta, en 1917, y de las que se celebra el centenario.

‘En este lugar, donde hace cien años a todos mostraste los designios de la misericordia de nuestro Dios‘, añadió en su plegaria, Francisco pidió que recuerde a todos los que ‘quieren vivir en Dios y rezan los misterios de Cristo para alcanzar la paz‘. También hizo referencia ‘a los dolores de la familia humana que gime y llora en este valle de lágrimas‘. Jorge Bergoglio recordó ‘la sangre del cordero derramada todavía en todas las guerras que destruyen el mundo‘ y pidió que la Iglesia sea ‘imagen de la columna luminosa que alumbra los caminos del mundo, mostrando que Dios existe‘.

La tercera

Los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto serán canonizados hoy en Portugal por el papa Francisco. En tanto, Lucia dos Santos, la mayor de los tres pastorcitos, se hizo monja y vivió hasta los 97 años. El Vaticano se plantea beatificarla desde 2008, tres años después de que falleciera. Lucia era la mayor de los tres pastorcitos.

En esta oración, Francisco dijo que con la ayuda de la Virgen ‘recorreremos todas las rutas‘: ‘Seremos peregrinos de todos los caminos. Derribaremos todos los muros, revelando la justicia y la paz de Dios‘. ‘Y para el mundo, pido la concordia. Entre todos los pueblos. Peregrino de la esperanza que el Espíritu alienta. Quiero ser profeta y mensajero para lavar a todos los pies en la misma misa que nos une‘, rezó.

El Papa después acarició la imagen de la Virgen y donó una rosa de oro, convirtiéndose así en el tercer pontífice que hace este regalo tras Pablo VI y Benedicto XVI. Después bendijo a los fieles y abandonó el santuario para descansar una hora en la Casa ‘Nostra Senhora do Carmo‘, donde también pasó la noche, tras regresar a la bendición de las velas y el rezo del Rosario.

Francisco había accedido a la capilla por el corredor central de la explanada del santuario, que tiene una capacidad para unas 300.000 personas, pero muchos más fieles se agolparon en los alrededores, donde se instalaron pantallas gigantes para seguir los actos. Hoy, Francisco oficiará a la 13 locales (8 de Argentina) una misa para canonizar a los beatos Francisco y Jacinta Marto, los pastorcitos a los que la Virgen se les apareció en 1917. Francisco y Jacinta Marto, que habían sido beatificados el 13 de mayo de 2000 por el entonces papa Juan Pablo II (canonizado en 2014), se convertirán así en los santos más jóvenes en 2.000 años de Iglesia, descontando a niños canonizados como ‘mártires‘. Télam y Efe