La decisión del gobierno nacional de no homologar paritarias que estén por encima del índice de inflación, como la del gremio de los camioneros entre otros sectores, ha desatado un fuerte enfrentamiento con ese sindicato que ha advertido que de no validarse las subas acordadas avanzará con un paro nacional por 48 horas a partir de mañana jueves.

Si el gobierno ha llegado a esa determinación es que por ley puede hacerlo ya que el actual régimen laboral señala que la homologación de una paritaria sólo puede ser rechazada si el acuerdo contiene “clásulas violatorias de normas de orden público o que afecten el interés general” y en este caso la lucha contra la inflación que ha declarado la actual gestión de gobierno se ajusta a esos requisitos.

Es en este punto en el que los gremios considerados “poderosos” deben entender que si no bajan sus pretensiones ajustándose al esfuerzo que están haciendo todos los otros sectores laborales, el gobierno está en su justo derecho de rechazar o limitar el porcentaje de mejora salarial porque se ha comprobado que los aumentos salariales desmedidos, más allá de beneficiar momentáneamente a un sector, tienen un efecto contagio y de inercia que afecta el equilibrio general que se quiere conseguir en materia de inflación, considerado uno de los peores males de la economía.

En el gobierno se ha dicho que si se convalida cualquier cosa en relación a los niveles salariales, se entra en una carrera inflacionaria que es muy difícil de contener, más allá de las causas monetarias que alientan este flagelo.

El ministro Luis Caputo manifestó que el reclamo de los camioneros no tiene ningún sentido ya que si bien las paritarias son libres entre las partes intervinientes, es el Estado el que tienen que homologar y si el gobierno considera que es perjudicial para los fines en los que se está trabajando, las puede no homologar en busca del bien común que en este caso apunta a evitar que la inflación vuelva a dispararse a niveles increíbles.

Los intereses políticos, sectoriales o ideológicos no pueden inmiscuirse en este tema y bajo ningún concepto el gremio de los camioneros o el de UTA debería planear un paro de actividades que resulta perjudicial para la recuperación económica de la Argentina, con el sólo objeto de demostrar oposición al gobierno o llevar adelante un mensaje de odio ante los cambios que está promoviendo la actual administración. Se trata de gremios que representan a sectores muy importantes de las fuerzas productivas del país, que tendrían que tener dirigencias que estén a la altura de poder dialogar y discutir acuerdos. Asimismo tener la capacidad de llegar a consensos de soluciones y no emplear gestos de manifiesta prepotencia cuya única salida es la confrontación.