En el análisis de los principales economistas el valor del dólar libre o comúnmente denominado “blue” está en uno de los niveles más bajos de los últimos cuatro meses, desde el inicio de la gestión del presidente Milei. La gran cantidad de pesos que se dirigieron a la demanda de acciones y bonos en las últimas semanas y también a plazos fijos y fondos comunes de inversión, relegaron a la divisa norteamericana, tradicional refugio en épocas de alta inflación.

Este comportamiento, que se basa en cuatro razones básicas vinculadas a la cotización del dólar y otros activos, tuvo como repercusión el hecho de que muchas personas con cierta capacidad de ahorro en dólares se trasladaran en las últimas semanas -incluyendo Semana Santa- a los países limítrofes como Chile, Brasil, Paraguay o Uruguay, o a grandes centros de consumo como Miami, para realizar cuantiosas compras, efectivizando una fuga de dólares contraproducente para la necesidad de divisas que tiene el país.

Las claves de la baja en la cotización del dólar libre, que es la que motiva a que los argentinos salgan de compra fuera del país, están determinadas por los siguientes factores:

La menor demanda de dólares es uno de los motivos de la debilidad de las cotizaciones. Se dice que el dólar libre vale hoy 1% menos que los $990 del 7 de diciembre, antes de que asumiera Milei. Frente a una inflación acumulada en cuatro meses próxima al 90%, representa una pérdida real del precio del 47 por ciento.
Otro motivo de la baja del “blue” viene del lado de la recesión. Muchos ahorristas se están volcando a la venta de billetes atesorados para cubrir gastos, mientras que la demanda es baja, justamente por la escasez de pesos provocada por el alto costo de vida.

Entre otras claves hay que tener en cuenta que la estrategia oficial de “pisar” al dólar mayorista, que sube a un ritmo de 2% mensual, muy por debajo de la inflación, contribuye a calmar las expectativas devaluatorias. A la vez, y aún con un fuerte “cepo”, la decisión de permitir la liquidación del 20% de las exportaciones a través del mercado de valores al precio del “contado con liquidación” abasteció de sobra al circuito del dólar, lo que estableció también a las paridades bursátiles -el “liqui” ronda los $1.040 y el MEP, los $990- e, indirectamente, le puso techo al “blue”.

El cuarto factor a considerar es el de las tasas de interés. Estas son inferiores a la tasa de inflación, pero muy superiores a las de devaluación. En este sentido una importante masa de pesos quedó dentro del sistema en colocaciones a plazo fijo y fondos comunes de inversión y desactivó la demanda de divisas.

Todo este comportamiento de la macroeconomía, que en cierto punto es positivo para el gobierno, al reflejarse en la economía familiar y en la de los individuos se traduce en la acción de salir a comprar con los dólares ahorrados, ante la permanente pérdida de su valor, afectando al sistema constituyendo un panorama complejo. Una tendencia que se tendrá que corregir para evitar que lo que está pasando se convierta en una auténtica fuga de divisas.